Inconquistable

Por si no lo sabías probablemente seas una o un millennials. Sí, como lo oyes. Al parecer somos aquella generación nacida entre 1980 y los 2000. Se dice de nosotros que somos la generación, más exigente, más atrevida. Hemos crecido con el nacimiento de la tecnología moderna y el acceso a la información hace que no nos conformemos fácilmente. Somos de los que nos cuestionamos las cosas y no asumimos las “verdades” como dadas. ¿Te sientes identificad@?

Inconquistables, emprendedores, valientes… Son sólo algunas de los adjetivos que nos definen. Creo que somos tan “inconquistables” que a mi personalmente no me gusta que me pongan etiquetas, ni en mi estilo, en mi profesión, o en mi vida. Soy como soy y me redescubro a mi misma en cada paso. Mejorándome cada día y en cada oportunidad.

“Somos ciudadanos del mundo”. Nuestra generación ha roto las fronteras a base de aviones low cost. ¡Qué maravilloso es viajar! Viajar es aprender, crecer y enriquecerse. Para mi no hay nada que me abra más la mente que conocer otros lugares y dejarte sorprender por la cultura, la gastronomía y la belleza que encierra nuestro planeta. ¡Somos tan afortunados!

Recuerdo todos mis viajes con mucho cariño, incluso aquellos destinos en los que lo he pasado mal. Pero sin duda entre mis favoritos está Nueva York, Bangkok, Maldivas y Megeve. Grandes ciudades y paraísos de sol y nieve. Muy contrapuesto pero así soy yo. Y todo esto porque creo que nuestra generación, la de los millennials nos nos gusta que nos cuenten las cosas, nos gusta vivirlas y crearnos nuestra propia opinión sobre ellas.

Somos muy distintos entre nosotros pero tenemos algo en común, nos preocupa el futuro.Somos exigentes con nosotros mismos, somos luchadores y emprendedores. Y sinceramente me siento muy orgullosa de ello. Por eso me identifico con Mar de Frades. Un vino único, exigente y valiente. Este es el sitio oficial para descubrirlo. Brindo con él por nosotros, los millennials.

L’Heure Bleue

Existe una expresión que tienen los franceses y que me encanta. Se llama L’Heure Bleue, es español “La Hora Azul” y hace referencia a ese momento del día en el que el sol se acaba de poner sobre el horizonte pero no es todavía noche cerrada. Un momento en donde el cielo se tiñe de una ligera e intensa luz azul que ilumina tenuemente todo alrededor. Es un momento breve, mágico e intenso.

Me parece muy bonito que hayan puesto un nombre a ese momento del día. Soy de las que piensan que nombrar las cosas les da más presencia, las hace más reales. L’Heuer Bleue, es como si todo se volviera monocromático, como si se tiñera del color del océano. Creo haber visto más de una vez esa luz en mis viajes, pero sin duda voy a estar más atenta este verano y hare fotos de este momento. He buscando entre mis fotos para que veáis qué es exactamente. Os animo a que intentéis fotografía ese momento!

Folegrandos, Grecia. 

Sin duda una de mis islas favoritas. Pequeña, desconocida y auténtica. Desde lo alto de sus montañas y acantilados se puede ver algunos de los atardeceres más bonitos del mundo y también la famosa hora azul.

 

Maldivas, el paraíso. 

¡Qué os voy a contar de esta gema del océano! Sabéis que es mi perdición. La verdad es que resulta difícil hacer buenas fotos justo en la hora azul, hay muy poca luz y es fácil que salga borrosa o muy oscura, pero Juan consiguió hacer estas dos fotos que he puesto para compartirlas con vosotros!

Source here.

Tailandia. 

El año pasado estuvimos haciendo un recorrido por el sur de Tailandia y buscando entre las fotos he encontrado estas que hicimos en el Soneva Kiri. Era un sitio espectacular, una lástima que nos pillara un tifón! Pero aun así lo pasamos genial y vivimos momentos muy divertidos!

Mar de Frades me ha propuesto inspirarme en el color de su botella de albariño, y su Made of Atlantic que os hablé hace unas semanas en el blog para contaros esta singular expresión que expresa un momento único, inconquistable, que apenas dura unos minutos. La blue hour, donde el día y la noche se dan la mano a través de contrastes de luz y donde disfrutar de una copa de Mar de Frades en un sitio cool viendo ese momento azul que recuerda al océano es todo un acierto. La nota salada en un momento dulce. Os recomiendo echar un vistazo en su web oficial.

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Un recorrido por el Atlántico

Viví casi 10 años en La Coruña, y ví como la presencia del océano el Atlántico marca la tierra y su gente. El mar tiene algo que te atrapa y te hace sentir de forma diferente. Desarrolla tu ingenio, marca tu cultura y tu carácter. El albariño Mar de Frades, lo sabe bien y por eso me ha propuesto escribir un viaje a través del óceano Atlantico y los tres continentes que baña. Un viaje para aventureros que desean descubrir inconquistables y sorprendentes destinos. Este sería mi viaje ideal. ¡Comenzamos!

 

Suriname.
Seguramente sea uno de los paises más desconocidos y pequeños de América del Sur. Esta antigua colonia holandesa cuya índice de población es el menor de Latinoamérica, es pura vegetación y mar. Me sorprendió para bien, la pacífica convivencia religiosa entre católicos, hinduistas, musulmanes y protestantes, todo un ejemplo. Destaco la Reserva Natural de Galibi, el lugar en donde se encuentran las mejores playas de todo el país. Aquí, a orillas del río Marowijne, habita la tribu Kalinya. Sus miembros son precisamente ellos los encargados del alquiler de las embarcaciones a los visitantes hasta la famosa playa Tortuga Galibi, lugar mágico en donde se pueden ver a las tortugas desovar. ¿No es increíble?.

Argentina.

Un país tambíen bañador por el Atlántico y por el que siento mucha afinidad. Y ojo que en nuestra navidad invernal allí es verano ;) La Patagonia es otro espectáculo de la naturaleza con un pasado alucinante y que me encantaría conocer. Se llama así por la expedición que Magallanes realizó en este lugar. Se dice que vió unas huellas de pies gigantes en la arena y los llamo “pata gau”, es decir “pata grande”. Siempre me ha llamado la atención la cantidad de paisajes diferentes que puedes ver en esta zona, sobre todo los glaciares más alucinates del mundo, que se pueden ver en el Parque Natural de los Glaciares. ¡Sólo para los más aventureros!

 

 

 

Gabón.

No te voy a negar que viajar a Africa, sobre todo depende de qué paises, tiene cierto riesgo. Pero dentro de todo, este país parece intentar mantenerse al margen de la inestabilidad que sufren otros paises vecinos. Los motivos para visitarlo, a parte de que la revista National Geographic lo llamara “El Último EdÉn de Africa”, en Gabón se encuentra la Selva tropical más densa y virgen de África, y ocupa el 85% de su territorio. Cuenta con más de 800 kilometros de costa con interminables playas vírgenes y por si eso fuera poco cuenta con la mayor población del mundo de elefantes de bosque, gorilas, chimpancés, mandriles, tortugas laúd y ballenas jorobadas. Creo que es de los pocos lugares mágicos donde puedes ver un elefante en la playa. Una  experiencia única y sorprendente que merece la pena vivir.

 

Paraísos mágicos, sorprendentes y únicos que tienen mucho en común a pesar de que pueda parecer lo contrario. Les une el Atlántico, son “made of Atlantic”, como Mar de Frades. Lugares inconquistables, de caracter salino y del color más bonito que hay, azul marino.